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¿Estafa fotovoltaica? – Atención con la energía solar fotovoltaica

Hablamos sobre la situación en el mercado de paneles solares para instalaciones fotovoltaicas tras el BOOM

En esta tertulia, Joaquín nos propone un interesante acercamiento a la situación actual del mercado de los módulos o paneles solares. Se trata de una charla especialmente imprescindible y atractiva para aquellos ciudadanos, y pequeños empresarios, interesados en la instalación de energía solar fotovoltaica en sus propiedades, en unos momentos en donde se buscan soluciones al elevado precio de la energía eléctrica comercializada por la red.

La conversación la mantiene Joaquín Puerta con Santiago García, responsable técnico de la empresa RENOVETEC.

La cuestión principal que protagoniza la tertulia es la de si ¿Son todos los paneles solares fotovoltaicos de la misma calidad y ofrecen todos las mismas prestaciones, durabilidad y fiabilidad?

La respuesta, como era de esperar, a esa cuestión es que no. 

Como cuestión previa, Santiago García nos comenta que la producción de estos módulos solares se encuentra, y ya desde hace años, deslocalizada en China, siendo casi testimonial la producción de los mismos en nuestro país o en Europa.

En este escenario, los grandes comercializadores de módulos solares exigen al fabricante que todos y cada uno de los módulos producidos en China sean testeados y clasificados en origen, denotándolos ya desde el país asiático en 3 Grados de Calidad, los cuales son denominados en el sector como «A», «B» y «C».

Los de mayor calidad son  los de Grado «A» que serían los que no presentan ningún tipo de tara y posibilitan una alta eficiencia y durabilidad, los paneles clasificados como de Grado «B», presentan pequeños defectos, con una muy baja merma inicial de sus prestaciones, pero presentándose más proclives a la aparición de fallas -especialmente calentamientos- en sus celdas que acabarían irremediablemente por disminuir la vida útil del panel. Son bastante más económicos que los de Grado «A», y son descartados por los grandes instaladores de parques solares fotovoltaicos.

Los paneles de grado «C» serían los más deficientes en todos los aspectos, y por tanto, también los más económicos. En ellos, existen fallas importantes en su fabricación que los hacen impropios para ser utilizados en instalaciones que presuman de fiabilidad y durabilidad.

En este orden de cosas, indicar que cada uno de los paneles que se fabrican en China y que son exportados y recepcionados en España, llevan una clasificación en uno de los 3 grupos mencionados anteriormente que, en un principio, se presume como correcta.

Ya tenemos los paneles en nuestro país bien clasificados. Los grandes productores descartan los de Grado «B» y «C», y este sobrante es ofrecido a otros comercializadores e instaladores que pueden tener la tentación de ofrecerlos al mercado declarando unas características técnicas que no tienen.

Es decir, una de las cuestiones que surge al pequeño o mediano comprador es que si realmente el módulo que está adquiriendo para una instalación de energía solar fotovoltaica eficiente es efectivamente de Grado «A», y no ha sido reetiquetado en algún momento de la cadena de comercialización, consumándose, en este caso, un fraude.

Lógicamente el consumidor final no tiene ni los conocimientos ni las herramientas para verificar que el módulo solar que desea instalar en su domicilio o negocio es del grado que corresponde al desembolso económico que ha realizado o que está dispuesto a completar.

Según Santiago García, la responsabilidad de verificar que no exista fraude será en último término del instalador, el cual debería comprobar, en presencia del comprador – y antes de la instalación de los módulos en su localización final- que cada uno de estos paneles se encuentran bien catalogados.

Según nuestro entrevistado, y atendiendo a su experiencia profesional, desgraciadamente muchos de los paneles que se encuentran instalados en empresas, negocios, instituciones o particulares, no son de Grado «A», cuando realmente han sido proyectados e instalados -y también pagados- como si así lo fueran. 

El fraude, tal como decimos, tendría su origen en la puesta en el mercado de los restos de módulos solares fotovoltaicos que los grandes instaladores de huertos solares descartan por no cumplir con las especificaciones requeridas para las características técnicas de sus grandes proyectos de producción de energía solar fotovoltaica.

Los descartes de los grandes consumidores supone una cantidad suficiente en volumen para abastecer a este mercado secundario, que tiene como cliente final al pequeño consumidor al cual, fraudulentamente, se le vende un producto bajo la promesa de unas prestaciones que el producto no puede ofrecer ya que son impropias de un panel Grado «A», respondiendo realmente a prestaciones de un módulo solar fotovoltaico de Grado «B» o «C».

Santiago García es categórico en la entrevista, indicando que al menos el 70 % de los paneles instalados a pequeños consumidores provendrían de este canal y estarían por tanto en fraude.

Entonces, y como consumidor final, ¿Qué deberíamos pedirle al instalador para asegurarnos que el módulo a instalar no es realmente un descarte de los grandes instaladores?

Según indica nuestro entrevistado, lo imprescindible sería solicitar la comprobación de que cada panel a instalar poseyera una curva Tensión / Intensidad, que efectivamente correspondiera a la de un módulo etiquetado como de Grado «A». 

El proceso para el instalador es muy sencillo, y para llevarlo a cabo solo debe contar con el aparato necesario el cual representaría en forma gráfica en pantalla la relación entre la intensidad y la tensión del panel. 

La medición de la citada curva debe hacerse siguiendo un protocolo que queda indicado en la entrevista, una verificación que podría ser complementada con la realización de la Prueba de Electroluminiscencia que sancionaría, con mucha mayor precisión, las verdaderas características técnicas de los módulos solares fotovoltaicos a instalar. 

Es cierto que el aparataje para realizar está última prueba es muy costoso y que generalmente por ello no se encuentra dentro de los servicios que ofrecen los instaladores. Pero la prueba de la curva Tensión/Intensidad si debe realizarse en todos los casos.

Una vez conocida en la entrevista toda esta situación del mercado de los módulos solares fotovoltaicos para pequeños y medianos consumidores, no se puede concluir la misma sin insistir en un útil llamamiento para que las personas que vayan a realizar una instalación solar fotovoltaica, se cercioren previamente que el producto que van a adquirir corresponde con las características prometidas, tanto en eficiencia como en durabilidad y que, por tanto, el precio pagado al instalador se encuentre en justa consonancia con el Grado del Panel («A», «B» o «C») adquirido.

Como siempre, agradecemos la disposición del invitado a contribuir a la formación técnica  en materias específicas del sector eléctrico y del sector de la construcción.

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